miércoles, 21 de septiembre de 2011

645

-Habitación 645 señor. (Botones)
-Gracias. (Edgar)
Jack- ¡Edgar! ¿sabes ya cuál es?
Edgar-Sí, es la 645.
Jack- ¿Crees que aún estará? Ya han pasado tres horas desde que quedamos…dudo mucho que aún este. ¡Ya te dije que no te enrollarás tanto con esto y con lo otro! ¡siempre estamos igual contigo!.
Edgar- Ya lo sé…ya lo sé, empero yo…
Jack- ¿¡Qué!?, siempre estas con la misma historia, pero esto, pero lo otro, pero allá, pero acá…blah, blah, blah…
Edgar- ¿Vamos sí o no?, porque quien ahora tarda eres tú, querido Jack…
Jack- Deacuerdo, vamos…¡pero dudo mucho que aún una señorita como ella esté esperando a unos descorteses como nosotros por tardar tanto. ¡Un caballero no llega tarde a su cita!.
Edgar- ¡Calla y anda ya!
Denote como Jack se cansaba un poco ya de mi lentitud, pero la verdad era que no queria ir, porque conocia muy bien a aquella mujer. Una mujer puede parecer una angelical rosa humeda por el rocio de la mañana, y después realmente no serlo. Aquella mujer (cuál nombre no diré) era un genio, una rosa plagada de numerosas espinas. Ésta lo que hacia era fingir estar enamorada para luego así (hablando de forma metaforica) desmbrarte y sonsacarte hasta el último penique. Es una vivora, y yo fui una de sus presas ( pero fui una inteligente.)
Jack- ¿No está?
Edgar- Ella espera, nunca se va, porque pagas tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario