Tú, mi actual ser amado.
Yo haciendo lo imposible por verte.
Tú, ignorándome.
¿Y por eso tantas disculpas?, para acabar pasando de mí…la persona que más te quiere…
Penoso, patético…ya no sé qué pensar sobre ti, muevo cielo y tierra, sigues sin verme, sin oírme, como si muriera en silencio, juegas conmigo, creo ser yo la que gana, pero tú ya eres el vencedor.
Te sugerí otro tipo de juego indirectamente, pero tú, como todo lo demás que sale de mi boca o gravo en hojas en blanco, lo ignoras.
A veces dudo que tus disculpas fueran sinceras, pues no veo mucho cambio en ti, más que cuando nos acostamos me dices ‘’te quiero’’ en cada caricia, en cada beso, cada gesto…pero luego me echas, me alejas de ti, me cierras las puertas de tu corazón, y haces que no vea más que oscuridad. Me introduces en un bote de cenizas de frases olvidadas dirigidas a mí, al cual sólo le dejas ver la luz de vez en cuando, para así no recordarme tanto, para cuando mi ida, tú ya tenerme olvidada de tu diminuto corazón de piedra.
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