miércoles, 14 de septiembre de 2011

El hombre que rebuznaba


Hallábame yo en un bar/restaurante de mucha elegancia, no era muy caro, pero sabían como adornar el bar/restaurante con estilo y elegancia. El camarero vino y me dijo ‘’ ¿Qué desea tomar caballero?’’ A lo que yo le contesté con educación y elegancia que deseaba una copa de vino, del más exquisito que tengan con un bocadillo de pan tostado de jamón serrano. Éste me contesto que en cinco minutos estaría. En fin esto es algo que sobraba pero quería detallaros la historia de esto. Cuando llegó la copa de vino se me acercó un hombre de grandísima elegancia, impecable y me escribió en una hoja de papel si podía acompañarme en mi aperitivo. Yo le asentí con la cabeza y alargué el brazo en señal de que se acomodara. Cogió su café y su panecillo y se sentó en mi mesa.
La gracia fue cuando  hubo llegado mi bocadillo y el fue a decirme ‘’Que aproveche’’ porque nada más fue ha abrir la boca comenzó a rebuznar como un asno. Creí por un momento que me había vuelto loco, porque había gente que le entendía, pero todos aquellos también les oía yo rebuznar. Lo único que se me pasó por la mente en aquél momento fue coger las cosas, pagar he irme y eso hice tras meditarlo un momento. ¡Cuán extraña aventura fue! Conocí al hombre que rebuznaba como un asno al hablar

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