miércoles, 13 de octubre de 2010

Mi sitio, mi lugar, sus garras.

Hay algo dentro de mi, algo que comenzó a consumirme desde la última vez que te oí, que me hablaste. No sé qué es, sé que me consume, me hace daño, se ve. Miras mi cuerpo desnudo, ves que está dolorido, hay marcas de dolor en él. Me gusta más cuando es físico, me duele menos. ¿Saldra algún día de mí?. Quiero que se vaya, me hace mucho daño, pretendo ser más fuerte que él pero el dolor es mucho más fuerte, me resulta difícil no decaer, esta agonía, dolor, miedo, oscuridad. He vuelto. Vuelvo a caer. Sucumbo en las garras del dolor, me acojen con los brazos abiertos, me conocen bastante bien. Ya saben quien soy, de donde vengo y porque he vuelto. Saben que no les voy a hacer nada. Sólo vago por sus calles oscuras, se oyen gritos de dolor, llueven lágrimas, las piedras son corazones rotos y las flores, gente que no pudo salir nunca de las garras de su dolor.
-¿Cuanto tiempo vas a estar aquí, Rebecca?.
-No lo sé señor...¿cuanto tiempo estuve la última vez?.
-Desde que tuviste uso de consciencia creo...
-Quizás el mismo...O más, no lo sé.
El dolor ya me quiere, pero su trabajo es hacerme daño y yo aguantarlo. Pero...Quizás mi sito, mi lugar, donde yo pertenezco sea este. La oscuridad. Sus garras apenas me hacen daño, ya me dan calor, y algo de cariño. Lo único malo, es...Que no puedo evitar llorar.

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